Cuando la ignorancia y la soberbia se encuentran, surge la prepotencia.
Altares despóticos entre brillantinas chusmeras que desprenden cobrizos de hojalata.
Maniobras ruínes, entramados chanchulleros y egoísmos supremos.
Narcisismos ególatras y sucias bajezas.
Complejo de amo con necesidad de lacayos
que pisa y repisa luces para tratar de encender la propia.
¡Ay, necedad! ¿No sabes que no se puede ocultar resplandores ni del vacío obtener brillo?