EL KOALA Y EL BOSQUE DE EUCALIPTOS
En un bonito bosque de eucaliptos vivía este gracioso y juguetón koala. Y digo juguetón porque era lo que le gustaba hacer todo el día. Jugaba con el pájaro carpintero, con los osos, incluso con las ranas de las charcas. Allí los animales eran una gran familia.
Una tarde empezó a oler a humo. Los pájaros se pusieron nerviosos; iban de un lado a otro. Intentaban avisar a todos para que se pusieran a salvo. Un gran incendio estaba acabando con los árboles, con el lugar donde vivían. Unos jóvenes habían prendido fuego y ahora estaban en peligro. El koala tuvo miedo, no sabía qué hacer. Por primera vez estaba muy triste. ¿Dónde viviría ahora? ¿Qué podría comer si destrozaban los eucaliptos?.
La gente de la zona consiguió apagar por fin las llamas, pero ahora había mucho que hacer para que ese lugar fuera tan bonito como antes. Los animales se pusieron de acuerdo y fueron en busca de esos muchachos; querían hacerles ver lo importante que es cuidar la naturaleza. Nombraron al koala para que se dirigiera a ellos y así, decidido como era él, les dijo: “¿Qué pasaría si de pronto os quedáis si vuestras casas, si vuestras familias corrieran peligro o si dentro de unos años no pudierais disfrutar de los bosques porque no hubiera?”
El pequeño koala se había hecho grande de repente; había dado una lección a esos chicos que al día siguiente se pusieron a plantar muchos pinos y también eucaliptos.