Eran enormes. Unas margaritas tan grandes como nunca había imaginado.
Y ahí estaban de repente, rodeándole.
¿Tendrían respuestas a sus preguntas?
Sus pétalos desprendían una luz que hacía resaltar aún más su blancura.
Una pequeña mariposa revoloteaba entre ellas.
En ese momento, se disiparon sus dudas.