Mes de julio, en la villa de la costa Amalfitana.
Sol intenso sobre las azules aguas del Tirreno.
Él se zambulle en la piscina; mientras ella, en la tumbona, tras sus grandes gafas de sol y un cóctel en la mano, le observa.
Disfruta de los momentos, piensa; que la vida son dos días.
Pero si pueden ser tres, mejor.